A ti
Por mucho que pasen los años, irremediablemente eres mi historia incompleta. No pienso mentir, ya no dueles como antaño, ahora eres esa cicatriz que de vez en cuando se enrojece.
Apareces algunas ocasiones, como un nudo en la garganta. Como ya sabes, luché por sobrevivir. Mientras te he llorado, me enseñaste algo: la felicidad no es un estado. No hay un lugar en el que puedas sentirte completamente a salvo. Fugazmente, solo puedes disfrutar de esos instantes en los que un gran bienestar te invade, eso es la felicidad.
Aun estoy aprendiendo si puedo decir lo mismo sobre el dolor. No es pasajero, pues sus secuelas siempre son más profundas, duraderas.
Después de ti, aun no puedo creerlo pero volví a reír, incluso puedo decir que lo hice con más intensidad. Tantas lágrimas desgarradas, dieron más valor a esas nuevas sonrisas.
Al fin, hoy he aceptado que no serás. Asumo que mis entrañas y mis brazos permanecerán por siempre vacíos. Solo tú, sabes que ha sido el mayor de mis desafíos, pero volví de ese averno, resurgí para a creer en mí.
A ti, que te amé hasta la locura sin conocerte.
A ti, que te quise coger la mano y no dejarte ir.
A ti, que te imaginé inocente mientras crecías.
A ti, que te suspiré sin conocerte sin tenerte.
A ti, que te anhelé tanto y jamás llegaste.
A ti, que en sueños te canté y te acuné en mi pecho.
A ti, que eras parte de mí, incluso antes de existir.
Sin otra opción, después de lograr reconstruirme, te dejé ir. Por fin, miro hacia adelante, aunque tú y yo siempre lo sabremos, te seguiré amando hasta mi fin.
Apareces algunas ocasiones, como un nudo en la garganta. Como ya sabes, luché por sobrevivir. Mientras te he llorado, me enseñaste algo: la felicidad no es un estado. No hay un lugar en el que puedas sentirte completamente a salvo. Fugazmente, solo puedes disfrutar de esos instantes en los que un gran bienestar te invade, eso es la felicidad.
Aun estoy aprendiendo si puedo decir lo mismo sobre el dolor. No es pasajero, pues sus secuelas siempre son más profundas, duraderas.
Después de ti, aun no puedo creerlo pero volví a reír, incluso puedo decir que lo hice con más intensidad. Tantas lágrimas desgarradas, dieron más valor a esas nuevas sonrisas.
Al fin, hoy he aceptado que no serás. Asumo que mis entrañas y mis brazos permanecerán por siempre vacíos. Solo tú, sabes que ha sido el mayor de mis desafíos, pero volví de ese averno, resurgí para a creer en mí.
A ti, que te amé hasta la locura sin conocerte.
A ti, que te quise coger la mano y no dejarte ir.
A ti, que te imaginé inocente mientras crecías.
A ti, que te suspiré sin conocerte sin tenerte.
A ti, que te anhelé tanto y jamás llegaste.
A ti, que en sueños te canté y te acuné en mi pecho.
A ti, que eras parte de mí, incluso antes de existir.
Sin otra opción, después de lograr reconstruirme, te dejé ir. Por fin, miro hacia adelante, aunque tú y yo siempre lo sabremos, te seguiré amando hasta mi fin.
Precioso. Se me han puesto los pelos de punta. Muy triste pero muy bueno. Un besillo.
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