Mostrando entradas con la etiqueta Mayo 2015. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mayo 2015. Mostrar todas las entradas

jueves, 28 de mayo de 2015

Desconcierto



Yo, inmersa en un mundo paralelo
como un suspiro, como un anhelo. 
Así me siento, así me espero. 
Mi ilusión agitada, mi interior renacido
siento despertar, salir de un sueño. 
Así me siento, así me veo. 


Una mirada inocente, una palabra acertada
Como un cómplice, como un deseo secreto. 
Así te siento, así te espero.
Esta distancia, este tiempo opuesto.
respirar el fracaso, convertirlo en reto.
Así te siento, así te veo.






Risa y llanto en espiral infinita.
Como un frío abrazo, como apasionado beso. 
Así nos siento, así nos espero. 
Destino furtivo, desalmado remedio.
realidad incompatible, todavía viable. 
Así nos siento, así nos veo.


Enlazando caminos, cruzando senderos
Común pasado, futuro incierto.
Así nos siento, así nos espero.
Mi simulado silencio, tu acalorada cercanía.
De una paradoja, sostengo una utopía. 
Así nos siento, así nos veo.
¿Espero, veo y siento... en exceso?
No puedo saberlo, demasiados pensamientos...
producen en mí, desconcierto.




PESPUNTE:

El diccionario define el desconcierto como: el estado de confusión o desorientación en que queda una persona a causa de algo inesperado o sorprendente. 

 Se refiere a algo que en cierto grado  hay que asumir. Es necesario detenerse, para observar, analizar e incluso, aclarar ideas. La teoría parece sencilla.  La práctica nunca es tan fácil. 
No hay una respuesta precisa, pero quizás el aliado, en estos casos sea el tiempo. El tiempo es sabio. 

jueves, 21 de mayo de 2015

Respirar la brisa

Es una soleada tarde mayo, llegamos a casa tras otra jornada, agotados, saturados. Nos miramos desanimados. Un gesto de conspiración y nos bastan pocos segundos, trazamos un plan para huir. Hay poco tráfico. Aparcamos enseguida, se nota que es entre semana. 

Trasto sale disparado del coche persigue unas palomas. Ladra de entusiasmo , torpe se adentra en la arena. Al principio se queda parado, sin saber que hacer, se gira y nos mira. Sabemos que está prohibido incluso a esta hora, absurda legislación municipal, hoy nos negamos a acatar más normas. Le animamos a que corra libre. 

Cogemos los bártulos del coche, le seguimos pausadamente. Al llegar a primera línea, coloco la toalla soy paciente con el aire. Me descalzo, arremango mis vaqueros hasta las rodillas. Tímidamente, algo insegura me aproximo a la orilla. Un paso atrás, seguido de un chillido como reacción cuando mis pies tocan el agua helada. 
Te observo, estás entretenido organizando los cebos y los anzuelos. Sigo con la vista a mi perro. Está tratando de atrapar las olas de una forma muy curiosa, le llamo para que no se despiste. 

La temperatura es agradable, la playa transmite paz. El mar habla, el mar se respira. Tú lanzas y recoges el sedal. Me acomodo en la toalla, la brisa besa mi cara y me invade de serenidad. Por mi cuerpo, recorren buenas vibraciones. Me dejo llevar, escribo en mi cuaderno, se detiene el tiempo. Levanto la vista, observo de lejos a unos niños, dan volteretas, felices en su juego.
Tú, clavas las cañas con decisión en la arena, me miras y sonríes. Miras al horizonte, parece todo genial.

Despreocupado, te acercas, me apartas el pelo y besas mi cuello. Me ofreces una bebida, sonreímos tontamente, brindamos por el presente. Te sientas despacio, nos acomodamos espalda contra espalda. Ahora, te leo en voz alta. Noto cómo una risita se te escapa. Percibo nuestra complicidad. Trasto salta sobre tu regazo, busca que le acaricies. 
Me detengo un minuto, el viento roza mi rostro, atiendo el canto del mar. Cierro los ojos disfruto de ese instante, gozo de la calma, que nos abraza.  

Me concentro en ese paisaje, como si lo mirara a través de otra dimensión. Es una tarde cualquiera, nada especial, pero nos permitimos respirar la brisa. Descubro, la sencillez que hay tras la felicidad. Quisiera poder capturar ese sentimiento de plenitud, para llevarlo conmigo siempre.







PESPUNTE

Es necesario, regalarse un momento de calma, buscar un paréntesis. Mirar desde otra perspectiva, recargar energía y detenerse a disfrutar.

Esperamos y esperamos encontrarla, pero la felicidad se esconde tras cosas, verdaderamente, pequeñas. 


jueves, 14 de mayo de 2015

Re(t)al soñado


Hoy te soñé de nuevo, me abrazabas fuerte y no dejabas que cayera. Tu mirada era limpia e inocente, tus manos temblaban pero me agarraban firmes. 
Para los demás no existes. Eres un amor secreto, un amor incomprendido, un amor desconocido. Quizás sea ese el motivo, por el que tu presencia es tan intensa. Por unos minutos, te siento dentro. Me entregas caricias, me transmites ilusión, me regalas sonrisas.
Paseamos de la mano, recolectamos flores, corremos libres, carcajadas desbordan el aire. Nos revolcamos en fresca hierba, agotada de reír, me detengo primero. Te sientas cerca, tocas mi espalda y con torpeza trenzas mi pelo.

Me miras, me preguntas cuestiones que no sé responderte. Te preocupan cosas que se escapan a la razón. Por un instante, pareces triste, no te reconozco. No quiero verte así. 
Acierto a decirte que el tiempo se detiene a tu lado. Te miro y quisiera no despertar, deseo compartir para siempre mi corazón, mi alma, mi abrazo.  

En mi sueño, acabas desapareciendo. Siempre te marchas andando por un largo sendero. Yo te observo partir hacia el vacío. Me quedo ansiosa esperando ese trance, ese último momento de tenerte cerca. Cuando ya no puedo sentirte, entonces, te detienes. Entonces, me miras con culpa y tus ojos me dicen que otra noche volverás a buscarme. Alivio la angustia de tu adiós con un suspiro. Me empeño en controlar mi fantasía. Intento provocar de nuevo el encuentro, pretendo robarte un último beso. En el fondo sé que acabó, debo dejarte ir. Acepto que esa noche fue un regalo, inesperado.


 El destino dispuso que nos veamos de esta manera. Voy entendiendo que aunque doloroso, esos incontrolables encuentros me ayudan a seguir. Despierto sobresaltada, descubro mi cara mojada. Feliz porqué otra vez te disfruté. El recuerdo de tu piel es tan reciente, que aún te siento cerca, pareció tan real... En pocos segundos, ese calor se transforma en hielo en mi interior. Entonces soy consciente... volví a perderte,  nunca te tuve. 




Me sorprenden esas emociones, que siguen vivas al despertar. Emociones que me llevan a comprender cómo yo, en silencio, siento tu ausencia. Ése es, sin duda, el desafío más complejo: admitir, concebir, una existencia sin ti. Mientras batallo con esta realidad, sigo esperándote... en mis sueños. 




PESPUNTE

Resulta asombroso como algunos sueños pueden revelar ciertas emociones. Mientras dormimos, aparentemente pasivos, aparentemente quietos. Entramos en un mundo que nos transporta, donde todo se hace posible. Viajamos a lugares nuevos o lugares cercanos. Nos encontramos con personas familiares o desconocidas. Revivimos situaciones o las afrontamos por primer vez. O bien, nos adentramos en experiencias inexplicables. 
Al soñar fantasía y creatividad se desatan, los miedos se desvanecen. Ese lugar que nos hace sentir invencibles, poderosos.
Al soñar nos encontramos en un espacio donde la mente se libera para gestionar: emociones, preocupaciones y deseos. En un universo que parece irreal, se refleja nuestro pedazo más reservado, la parte más inconsciente del ser.  Esa parte que despiertos, no llegamos a conocer.

Algunas veces... prestar atención a un sueño, ayuda a observar, ayuda a analizar, ayuda a solucionar, ayuda a comprender.

jueves, 7 de mayo de 2015

Repentina embestida

Es de madrugada, las calles duermen. No consigo que me entre sueño. Dejo escapar un suspiro de resignación. De manera repentina, ante mí se aparece un monstruo, me mira a los ojos. Me dispara palabras sin descanso. La velocidad con la que habla no me deja distinguir con claridad... ¿son reproches?,
¿son sucesos?, ¿son rumores?...¿son delirios?
Aprieto fuerte los puños, mi inquietud se desborda. Mi pecho tiembla con cada respiración, lo hace tan fuerte que se desliza por mis brazos, llega a mis manos. Trato de concentrarme en algo, miro la televisión, pero no encuentro nada que me distraiga. 
No consigo ahuyentar a esa bestia. Siento vértigo, se abalanza sobre mí, me agrede, la puedo sentir muy adentro. 
La angustia nace en mi vientre, y se propaga por mi cuerpo, como si fuera un volcán en erupción. Ya no tengo ningún tipo de control. Siento un intenso miedo, no sé que va a pasar a continuación. Soporto como puedo ese instante, estoy mareada, mi respiración entrecortada, mi cuerpo no para. Presiento que algo terrible va ocurrirme, me encuentro al borde del desmayo. 





De manera súbita, la bestia va retrocediendo, pero no lo hace completamente. Se transforma, embiste manipulando mi pensamiento. Me convierte en un mar de culpa. Ahora el monstruo me critica, me desprecia, se ríe en mi cara... tiene como objetivo destruir mi confianza.

Me preparo una infusión de hierbaluisa. Enciendo una barrita de incienso, me concentro en el olor a jazmín. A continuación, me siento en la hamaca, inquieta trato de hacer ejercicios de respiración. 
Aun no me sereno. Intento detener esas tóxicas ideas, no lo consigo del todo, miro por la ventana. Necesito una distracción. Aunque es muy tarde, veo una joven pareja en un portal, comiéndose a besos. Se apartan por un momento, un chico se acerca paseando su perro.
Vuelvo a tomar un sorbo de la taza, cierro los ojos, me siento más calmada. 
En la tele una señora revuelve unas cartas. Me llama la atención, se ve muy maquillada y con voz estridente, describe una estafa. 
Sin darme cuenta, recobro la normalidad, el ansia ha desaparecido. 
Vuelvo al sosiego, me siento en calma. Me pregunto por qué y cómo he llegado a encontrarme con esa bestia. Caigo en la cuenta, que mi cabeza llevaba días preocupada, aunque hoy no pensé a penas en eso. Quizás, fue eso... hoy bajé la guardia... Apago el televisor, me voy a la cama. 
Tumbada de costado, abrazo fuerte la almohada. Un sentimiento de vulnerabilidad me acompaña.Cierro los ojos, trato de conciliar el sueño. Mientras, pienso en que debo abastecerme de armas. Debo hacer frente a esa bestia desalmada.  


PESPUNTE

Sentir un ataque de pánico, se parece a entrar en una escena de irrealidad sin ningún control. El cuerpo y la mente, son difíciles de manejar. Suelen presentarse de manera inesperada. Los  síntomas físicos son desmesurados, causan un intenso malestar y parecen no acabar jamás.  Y cuando se cree estar a salvo, suele aparecer alguna emoción negativa (rabia, tristeza, frustración, culpa,...)

El estrés del día a día junto a las preocupaciones de la vida, van sumando ansiedad. La prevención es una poderosa arma. Procurar hacer actividades placenteras, compartir preocupaciones, practicar deporte y/o algún tipo de ejercicio mental (meditación, relajación) 
Dedicarse tiempo uno mismo, genera bienestar y pensamiento positivo, algo necesario para conseguir equilibrio emocional y personal. 

Aún así, si la ansiedad te ataca. Quizás te ayude a soportar esa embestida: cerrar los ojos, contar las respiraciones y pensar que ese mal momento está cerca de detenerse. 
De igual manera, si esa bestia te ataca a menudo, y sientes no tener estrategias. Pregúntate seriamente, si necesitas ayuda para hacerle frente. No está de más, consultar a un experto.

La ansiedad, tiene el poder de hacerte tu presa, trabaja y batalla para que no regrese, no te dejes encarcelar por ella. 

Entrada destacada

Altamente sensible. El principio de todo

Soy una persona altamente sensible, esa es la última verdad que he descubierto sobre mi misma. Hace ya un tiempo que he ido consultando info...