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jueves, 27 de agosto de 2015

Retales capturados. 2


Esta semana traigo una entrada especial para mí. Después de solventar algunos inconvenientes técnicos, he podido trabajar por fin en este proyecto. Esta semana vuelvo a capturar retales. Aquí os dejo por fin, una nueva recopilación de esta sección del blog.
Bajo cada captura, encontraréis acceso al retal correspondiente. 


¡Espero que os guste!























































En mí nace una voz, que me susurra insistente al oído ideas. 
Palabras que dibujan imágenes, imágenes que afloran en palabras.

jueves, 20 de agosto de 2015

Esos versos...


Esos versos que susurraban de ti
de cómo tu esencia me hacía vibrar.
Quizás ingenua, quizás ilusa.
No, no me decidí...


Esos versos secretos, guardados en mí. 
me recuerdan el vértigo del rechazo
quizás cobarde, quizás cauta.
No, no los escribí... 


Esos versos perfumados por ti
que me apretaban fuerte entre tus brazos
quizás nostálgica, quizás triste
No, no los percibí...


Esos versos tatuados en mi piel,
que me daban aliento en la oscuridad
quizás tranquila, quizás confiada. 
No, no les obedecí...





Esos versos suspiraban pedazos de alma,
que temblaban dentro de mí
Quizás soñadora, quizás imaginativa
No, no los permití...


Esos versos desnudaban demasiado de mí
se volvieron oculta esperanza 
quizás asustada, quizás misteriosa
No, no los transcribí...


Esos versos que soñaban escapar
encadenados eternamente a mí
quizás libre, quizás egoísta
No, no los compartí...


Esos versos que anhelaban vivir,
enterrados en lo más profundo de mi ser.
Quizás tímida, quizás turbada
Yo, yo... los dejé morir.




jueves, 13 de agosto de 2015

Saltar


Un deseo interior se hacía cada vez más real, tras innumerables pensamientos en espiral, me asomaba constantemente al precipicio y ante mí tan solo quedaba una opción: saltar. 

Con esa firme decisión tomada, mi cuerpo no era capaz de moverse. Me transformé en un huracán emocional, y tras esa fuerte sacudida me encontraba tan debilitada que era incapaz de dar un paso con seguridad. 
Me acercaba al precipicio indecisa, miraba al vacío y el vértigo... el vértigo era tan agudo que me hacía vomitar. 

Sola, era la palabra que se repetía una y otra vez en mi mente. Ahora estás de verdad sola en este cruce de caminos. El vértigo dio paso a la parálisis, que crecía con cada letra de esa temida palabra... soledad. 

En mí había una certeza sin embargo, había llegado al punto de no retorno. Sentía que realmente debía encontrar la manera de correr hacía ese firme propósito. Incapaz de deshacerme de ellos, abracé fuertemente a mis miedos, con la idea de que quizás ellos se marcharían al llegar al otro lado. 

Cada célula de mi cuerpo era un temblor incontrolable, convertida en el más caótico huracán conseguí el impulso necesario.
Dar ese salto fue el acto más desconcertante jamás afrontado. Liberada, asustada, orgullosa y temerosa. 


Al otro lado, de forma repentina ante mis ojos una nueva realidad absolutamente desconocida. Ahora los miedos que me abrazaron en ese salto se tornaban nuevos temores. Aunque ya no importaba, pues al otro lado me esperaba un sueño. Me dejé acariciar el cabello y me hundí en el pecho de la liberación. Una gratificante calma interior, ciertamente en ese salto murió mi huracán. 

Tras ese primer impacto en el terreno a explorar, me desprendí de la ceñida coraza del miedo. Me cubrí con el manto de la incertidumbre y con firmeza recogí la llave de este portal desconocido ante el que me encontraba.

En ese salto en el que partes de mí murieron y partes de mí renacieron, me transformé en alguien que aún tengo que descubrir. Mientras tanto, creeré con fe ciega en mi instinto, sin mirar atrás. 


jueves, 6 de agosto de 2015

Imprevisible maldad

No importa cuan a salvo te creas... ella puede ocultarse en cualquier rincón. Es un ser desprovisto de humanidad, pues afilados machetes le extirparon el alma antaño. 

No la busques jamás , pues todos saben que se deja ver con demasiada facilidad. Cuando aparece, desgarra partes del alma a sus víctimas, tratando de sembrar su agonía personal en otros.

La imagino viviendo en un eterno acecho, sin descanso, siempre en vela y buscando una oportunidad de saciar su rencor, su amargura. Es un ser que vomita delirios, alucinaciones y pensamientos autodestructivos. Derrama la más intensa incertidumbre y el descontrol es su efecto predilecto. 

Incomprendidos se encuentran los que fueron injustamente maldecidos. Se hallan vagando como fantasmas entre los demás, en un mundo que camina paralelo a la realidad.




Si en el camino te cruzas con una de sus víctimas, no muestres debilidad. Recuerda que ella es caprichosa.  Mantén la calma y compadece al infectado, coge fuerte su mano y mira en lo más profundo de sus ojos. Aunque puede parecer irreal, parte de él consiguió sobrevivir al ataque, estará perdido, desorientado. Necesitará que alguien le recuerde que sigue ahí. Tu misión es simple: no le sueltes la mano.

Lo último que debes recordar de esta imprevisible maldad es que habita camuflada entre nosotros, quizás está más cerca de lo que eres capaz de ver.  Nadie puede saber con certeza quien será el próximo en descender a su cruel tormento. Estas palabras nacen de una duda, pues en ocasiones me pregunto, si he caído ya en su trampa... por si acaso... No sueltes mi mano. 



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