Despertar
Has estado deambulando por un laberinto. Es lo que levemente recordaba cuando conseguí recobrar el conocimiento. Ese día, en ese inesperado instante. Me convertí en estallido y sin pretenderlo arrasé con todo. Frustración comprimida liberada en un torrente de furia desbocada. Grito, temblor y calada devastación. Exhausta, consumida dispuesta a abrazar una nueva derrota. El silencio es refugio, aunque resuene hueco y vacío. Ilusoria calma que vocea reproches propios, también ajenos. En medio de ese ciclón, sucedió. Me vi por vez primera y ella regresó. Mi aletargada inspiración enlazaba palabras, sin cesar y con sentido inspirador. Horas, días y noches sin parar de escribir. Mi historia, mi camino, se revelaban ante mí en un idioma desconocido. A cada frase de dolor, de incomprensión, de desaprobación le acompañaba esa sensación de satisfacción. Descifrar ese misterio, mi gran reiterado error. Pronunciar la verdad de lo que hasta ese día