Delirio
Siempre te apareces como un gemido, sin previo aviso, erradicando en un instante cualquier resquicio de mi razón. Zarandeas sin compasión mis sentidos, robando toda mi voluntad. Quisiera ser la brisa que entra suave por tu ventana una noche de verano. Adentrarme sigiloso, no te quiero despertar. Depositar los versos que suscitas sobre tu almohada. Ser silencioso testigo, contemplarte dulcemente dormida, apaciguada. Enredarme entre las sábanas, esas que acarician tu desnudo cuerpo cada noche. Esperar pacientemente un movimiento, que deje ver algún centímetro de piel desconocido. Anhelo ser el aire que respiras mientras duermes, entrar en tus labios recorrerte despacio. Sentirme cautivo y libre en cada exhalación, hace tiempo que lo asumí... ya eres mi prisión. Suspirar pausadamente sobre tu espalda, d espeinarte el cabello, rozar tu delicado cuello. Quisiera convertirme en vendaval y hacer trizas el reloj, detener la madrugada en ese prec