Espejismo
Te confieso que guardé bajo llave
cada beso que desee entregarte.
Cuando estábamos cerca...
debía apretar fuerte mis labios,
para no dejarlos huir.
Mis inquietos dedos por suaves caricias.
Mis manos temblaban...
trataban de apresar esas caricias más atrevidas.
trataban de apresar esas caricias más atrevidas.
Mi mirada te hablaba en silencio,
una intención oculta.
Cerré los ojos al mirarte
en tantas ocasiones... para no delatarme.
en tantas ocasiones... para no delatarme.
Mi voz elocuente cuando te hablaba...
cuando en realidad quería morir
ser susurro, ser delirio.
Fuiste noches de insomnio.
Desvelada entre las sábanas
tan solo pensaba en esa tímida sonrisa.
Indiferencia aparentada,
cordialidad camuflada,
mientras en lo más profundo
creía desfallecer de anhelo.
Quise tejerte alas de libertad,
para que vinieras y anidaras en mi regazo.
Pinté cálidas sonrisas
sobre esa laguna que nos separaba,
para que cuando llegaras a mi orilla...
de nada dudaras.
Y de esta manera, pensándote más de lo que podía soportar... derramé lágrimas de nostalgia y reí entre tus silencios.
Seguía soñando... Hasta que desperté súbitamente, pues no fuiste real.
En mí siempre habitarás como el más bello espejismo que contemplé y admiré... jamás.
Una preciosidad de poema donde el deseo muere antes de nacer y habla el gesto antes que la palabra.
ResponderEliminarMe gustó mucho leerte, Beatríz.
Mil besos, preciosa.
Si gestos secretos que hablaban de un deseo. Muchísimas gracias por leerme y dejarme tu comentario. Besos
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