Decisiones
En ciertos momentos presientes señales inequívocas de que algo anda mal. Se activan en tu cabeza, como una alarma interior que trata de alejarte de algún peligro. Te planteas si debes traspasar determinados límites, puede ser un desafío o bien, puede ser un vehículo al suicidio. Haces equilibrios en esa cuerda floja, te acostumbras a estar en el límite y se convierte en adicción. De manera kamikaze te s itúas en una posición vulnerable. Dejas que te consuma, te abandonas a esa experiencia despacio y después consientes que te aniquile ferozmente. Allí en el limbo, entre dos mares con un sentimiento de desconcierto, me dejé devorar, inconsciente y consciente. Des de el inicio, el naufragio era inevitable y no me importaba. Permití trampas, engaños, embustes y falacias. Como una única causa, después del desastre pude verlo. Elegí transitar por un camino que había iniciado hacía tiempo de forma irracional, mi autodestrucción. Desde la distancia, creía estar a salvo. En re