Inevitable adicción
Nunca imaginé como sería conocer ese tipo de mirada. Esa mirada que me atraviesa y transmite placeres aún no provocados. Aquel último encuentro sigue causándome estragos, me humedezco tan sólo al recordarte comiéndome hasta el éxtasis. Esa facilidad para encenderme y hacerme tocar el cielo, eres como una pura dosis de adrenalina en las venas. Padezco adicción a tu boca, a tus manos, a tu descaro y a esa desmedida ironía. Me muerdo el labio cuando me hablas, por demasiados motivos Mis sabanas siguen impregnadas de nuestro sudor, de nuestros gemidos. Resultaría más sencillo si pudiera mantenerme en ese estado, infinitamente ardiente, infinitamente efímero, infinitamente intenso. Eres el peligro que andaba constantemente evitando. que fatalidad... esa aparente complicidad me lleva a querer saber demasiado. Sin promesas, sin compromisos, eras el plan perfecto pero escapaste a todo control premeditado. Ahora sin lugar a reproches ni a reclam