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Mostrando entradas de julio, 2017

Inevitable adicción

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Nunca imaginé como sería conocer ese tipo de mirada.  Esa mirada que me atraviesa y transmite placeres aún no provocados. Aquel último encuentro sigue causándome estragos,  me humedezco tan sólo al recordarte comiéndome hasta el éxtasis.   Esa facilidad para encenderme y hacerme tocar el cielo, eres como una pura dosis de adrenalina en las venas. Padezco adicción a tu boca, a tus manos, a tu descaro y a esa desmedida ironía.  Me muerdo el labio cuando me hablas, por demasiados motivos Mis sabanas siguen impregnadas de nuestro sudor, de nuestros gemidos.  Resultaría más sencillo si pudiera mantenerme en ese estado, infinitamente ardiente, infinitamente efímero, infinitamente intenso. Eres el peligro que andaba constantemente evitando. que fatalidad...  esa aparente complicidad me lleva a querer saber demasiado. Sin promesas, sin compromisos, eras el plan perfecto pero escapaste a todo control premeditado. Ahora sin lugar a reproches ni a reclam

Imprudentes

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Tú no serás para mí, yo no seré para ti. Pero aquí andamos, matándonos las ganas, consumiendo cada centímetro de piel con ansia.  Toda lógica queda fuera de la ecuación. No pensar en mañana ese parece ser el gran secreto. Distraída dibujo círculos en tu desnuda espalda.  A pesar de todo, no seremos.  Esas palabras nos quedaron impregnadas en la memoria. Esas mismas palabras se evaporan cuando tus manos apartan mi falda.  Algo que olvidamos en el camino, la piel tiene su propio recuerdo.  Todo empieza con un intenso chispazo, tras ese primer contacto no hay lugar para la prudencia.  Cada recoveco se eriza, se tensa, se enciende.  Tú no serás para mí, yo no seré para ti.  Pero ahí seguimos prendiendo esa mecha.  Compulsivamente nos invitamos a consumirnos imprudentes ardemos en el placer de un efímero instante.

TIC- TAC

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Mi pluma vacía trata de organizar una cabeza desordenada. Regresé al punto de partida, como era de esperar no lo hice ilesa.  Caer trae consigo varios raspones, empujones incluso alguna puñalada inesperada.  Ilógica y sin sentido, desorientada y confusa, de nuevo me empapa la tormenta.  Morfeo parece haber olvidado mi almohada, de nuevo. Las noches en vela como compañeras y ahora que las necesito las letras andan dispersas. Reconozco que resulta poético, parece que revivo este instante con cierta nostalgia.  En el silencio de mi salón, c ierro los ojos y lo escucho como un martillo en mi cabeza, resulta ser una angustiosa agonía que parece no terminar, no se detiene, no espera. Ese reloj avanza en su tic-tac perturbador. Se asemeja a una cruel carcajada, segundo a segundo se ríe en mi cara. Mientras yo lo observo y siento regresar atrás. Mi ser retrocedido y bloqueado, mirando como se consume un tiempo perdido. Miro sin más, sin poder articular palabra o mover cualquier músculo,