Ruido
La mayoría de ocasiones, empieza de esta manera: oigo un zumbido intermitente, éste se hace constante y empieza en mi oído derecho, se va amplificando por el canal auditivo, hasta llegar a mi cerebro. Entonces el ruido inunda toda mi cabeza.
El ruido es una aglomeración de frases, o simples palabras a veces imágenes que han pasado recientemente. Mi pensamiento se pone en marcha por si mismo relacionando toda esa información que ha recibido. No es algo que haga voluntariamente, sucede, sucede sin más. Detalles que se comunican sin cesar, para procesar algo que me ha impactado más de la cuenta, para tratar de comprender algo, para tratar de solucionar algo... así es como suelo sentirlo.
Aparece ante una noticia inesperada. Aparece ante demasiados quehaceres que atender en poco espacio de tiempo. Aparece tras hablar con alguien de sus problemas. Aparece tras quedarme en silencio en una habitación al final de una jornada. Aparece como eco cuando trabajo en exceso. Aparece demasiadas veces si no cuido estar tranquila y dedicarme un respiro del exterior, algo que necesito hacer a diario.
Es curioso como identifico todo esto que me pasa como algo particular (sé que los demás no lo viven igual) He tratado de explicarlo pero no es recibido como esperaría.
Normalmente aparece esta frase: Tómate la vida de otra manera. A menudo esa frase se abre hueco y replica entre el ruido como un eco en mi cabeza. Mi razón grita cada palabra de esa frase a cámara lenta tratando de hacer surgir la culpa ,la muy cabrona. La culpa ha sido compañera de viaje durante demasiado tiempo, pero se ha ido debilitando a medida de haber ido cuidándome. Sé que la culpa no me ayuda, me debilita. Esa frase es de los demás, que desconocen qué es este ruido y lo que me provoca sentirlo. Esa frase es de los demás que no quieren oir el malestar ajeno, porque en sociedad nos hemos ido comportando de esta manera evitando, aliviando y no dejando sentir lo que de verdad se siente (a nosotros primero y a los demás después) Las emociones que nos producen reacciones negativas són a menudo una carga que se mantiene en silencio.
Cuando el ruido toma el control, debo cuidarme de no recibir más información que me sature, debo
reducir la frecuencia de onda. Me aislo, me quedo en silencio en la penumbra de mi salón, trato de hacer los ejercicios de respiración que he ido aprendiendo, hacer un rato de yoga o dar un paseo también me ayuda. Trato de conectar con mi cuerpo y salir de mi mente (que es ruido) Depende del estado de ánimo también recurro a escuchar música y me pongo a coser, escribir, dibujar o hacer ganchillo (mi meditación particular suele ser hacer algo creativo)
Cuando el ruido llega, lo acepto, me escucho y me comprendo y ese paso que parece sencillo,para mí ha sido el más complicado porque de manera casi impulsiva, siempre traté de comprenderme des de fuera.
El ruido es una aglomeración de frases, o simples palabras a veces imágenes que han pasado recientemente. Mi pensamiento se pone en marcha por si mismo relacionando toda esa información que ha recibido. No es algo que haga voluntariamente, sucede, sucede sin más. Detalles que se comunican sin cesar, para procesar algo que me ha impactado más de la cuenta, para tratar de comprender algo, para tratar de solucionar algo... así es como suelo sentirlo.
Aparece ante una noticia inesperada. Aparece ante demasiados quehaceres que atender en poco espacio de tiempo. Aparece tras hablar con alguien de sus problemas. Aparece tras quedarme en silencio en una habitación al final de una jornada. Aparece como eco cuando trabajo en exceso. Aparece demasiadas veces si no cuido estar tranquila y dedicarme un respiro del exterior, algo que necesito hacer a diario.
Es curioso como identifico todo esto que me pasa como algo particular (sé que los demás no lo viven igual) He tratado de explicarlo pero no es recibido como esperaría.
Normalmente aparece esta frase: Tómate la vida de otra manera. A menudo esa frase se abre hueco y replica entre el ruido como un eco en mi cabeza. Mi razón grita cada palabra de esa frase a cámara lenta tratando de hacer surgir la culpa ,la muy cabrona. La culpa ha sido compañera de viaje durante demasiado tiempo, pero se ha ido debilitando a medida de haber ido cuidándome. Sé que la culpa no me ayuda, me debilita. Esa frase es de los demás, que desconocen qué es este ruido y lo que me provoca sentirlo. Esa frase es de los demás que no quieren oir el malestar ajeno, porque en sociedad nos hemos ido comportando de esta manera evitando, aliviando y no dejando sentir lo que de verdad se siente (a nosotros primero y a los demás después) Las emociones que nos producen reacciones negativas són a menudo una carga que se mantiene en silencio.
Cuando el ruido toma el control, debo cuidarme de no recibir más información que me sature, debo
reducir la frecuencia de onda. Me aislo, me quedo en silencio en la penumbra de mi salón, trato de hacer los ejercicios de respiración que he ido aprendiendo, hacer un rato de yoga o dar un paseo también me ayuda. Trato de conectar con mi cuerpo y salir de mi mente (que es ruido) Depende del estado de ánimo también recurro a escuchar música y me pongo a coser, escribir, dibujar o hacer ganchillo (mi meditación particular suele ser hacer algo creativo)
Cuando el ruido llega, lo acepto, me escucho y me comprendo y ese paso que parece sencillo,para mí ha sido el más complicado porque de manera casi impulsiva, siempre traté de comprenderme des de fuera.
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