jueves, 30 de marzo de 2017

Infundio

Lágrimas atoran mi ardiente garganta. 
No brotarán, lo sé, esta vez no. 
Mi consciencia descansa, alcanzó calma
resolvió dejar atrás tu adicción. 


Desconcierto cimentado en palabras,
desterradas todas esas mentiras de averno.
En mis brazos un amañado vacío
mis venas aún padecen ese veneno. 






Facciones inertes en absoluta frialdad,
así quedarás en el recuerdo.
Un vínculo que  prometió ser sueño,
resultó una lamentable realidad.


Mis lágrimas seguirán contenidas
mezclandose con las cenizas.
¿Qué dejaste a tu paso?
Una coraza, de nuevo endurecida

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